Historias de nuestros héroes: "El Maestro de Ceremonias"
León Velázquez | Julio 12, 2019
La vulnerabilidad es la fuente de la innovación, la creatividad y el cambio -Brené Brown
Había una vez un niño de 10 años que entró al estudio Discovery. A pesar de ser el mayor de sus compañeros, era un niño reservado que podía parecer un poco tímido y se apoyaba en su hermano menor para socializar.
Un día, mientras organizaban la exposición de aprendizajes de su primera Sesión, se dió cuenta que quería era ser el maestro de ceremonias. Así que decidió hablar con sus compañeros y les propuso hacerse cargo de ese rol. Sus compañeros estuvieron de acuerdo; felices, comenzaron a diseñar la experiencia, a coordinar el trabajo y ensayar para que la exposición con sus padres fuera un éxito.
Ensayó y ensayó para dirigir la ceremonia y estaba muy orgulloso de su trabajo. Un día antes de la exposición, mientras se preparaban para el ensayo final, la emoción se sentía en todo el estudio. El ensayo empezó a salir muy mal, los niños comenzaron a distraerse y jugar, lo que lo hacía sentir frustrado. Mientras más jugaban, más se frustraba:
¿Cómo podía ser maestro de ceremonias si sus compañeros no le hacían caso?
El ensayo no avanzaba y decidió adelantarse y continuar sin ellos, lo que solo empeoró las cosas. Sus compañeros se molestaron por que no los estaba esperando. La tensión era palpable entre todos.
Entonces, su guía le recordó que durante la exposición real, habría todavía más caos, con todos los papás ahí presentes. Fue entonces cuando se quebró.
"Ya no quiero ser el maestro de ceremonias", dijo con los ojos a punto de llorar.
"Esta bien", respondió su guía, "si no quieres no tienes que serlo; solo piénsalo bien".
Al día siguiente, todo estaba listo para iniciar. Comenzaron a llegar los primeros niños, papás y mamás y el estudio se preguntaba si tendrían maestro de ceremonia.
Y entonces entró por la puerta, más seguro que antes, confirmando a todos que sí que lo sería. Todo el estudio aplaudió su seguridad y a cambio lo siguieron ordenados, tal como lo habían ensayado tantas veces antes. Gracias a su liderazgo, hicieron una presentación memorable para sus papás.
Más tarde compartió con su guía que la noche anterior reflexionó lo que estaba pasando y se dió cuenta que era más importante cumplir su rol, a pesar de que las cosas no salieran exactamente cómo él esperaba. Abrazó a su guía y salió con sus papás a disfrutar un merecido descanso.
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